“La
verdad de Susan Batson”
Sobre
su libro “Truth, personas, needs and
flaws in the art of building actors and creating characters”
por
Matilda Corral
Susan Batson, actriz, coach
de actores, directora y miembro vitalicio del Actors Studio escribió en el año
2006 un libro de trabajo para el actor profesional llamado “TRUTH”. Allí busca
refrescar el Método desarrollado por Lee Strasberg tanto en el Group Theater
como durante su periodo de moderador en el Actors Studio; y colocar esta
técnica de creación de personajes en un espacio más accesible para el actor. Buscando
la tridimensionalidad del personaje, Susan define tres elementos fundamentales:
máscara, necesidad insatisfecha y error trágico. Términos cercanos a la “Poética”
de Aristóteles y al trabajo desarrollado por Carl Jung. Entonces, el
personaje posee primeramente una máscara o una persona pública que se define
dentro un espacio de vulnerabilidad. Crea una máscara para esconder algo que no está resuelto, que le hizo daño
en la infancia, un dolor escondido. El personaje no nace en el momento en que lo vemos en la pantalla o aparece en
la escena. Sea consciente o no, los
obstáculos personales, las heridas que sufrimos de niños nos acompañan toda la
vida. Las grandes actuaciones se mueven detrás
de esa máscara, ocurren cuando revelan la intimidad que cubre la verdadera necesidad insatisfecha
del personaje.
De manera que podamos construir un personaje que
tenga más de una dimensión, el actor debe conocer la necesidad insatisfecha
que está detrás de la persona pública y la forma de encontrarla es analizando a
esta persona pública. Debes ver cuál es la persona
pública
de este personaje y considerar lo opuesto. ¿Qué necesidad insatisfecha crearía
a esta persona pública? Si nos vamos a Nora, en “Casa de Muñecas” de Henrik
Ibsen, pudiéramos decir que la máscara de Nora es “Yo soy una buena
esposa” y luego podemos inferir que su necesidad insatisfecha es “yo soy
libre, yo tomo mis propias decisiones”. Estos dos elementos se oponen. Ser
una buena esposa en el siglo XIX nada tiene que ver con su deseo de libertad. La
necesidad insatisfecha empuja constantemente al personaje a través de la
historia, cuando ya no puede
continuar siendo negada choca contra la persona pública y ocurre el error
trágico. Este error es algo que hace el personaje de forma consciente y es
allí donde aflora su tridimensionalidad. Las circunstancias de la historia van
limitando las posibilidades de decisión del personaje, su necesidad continua
sin satisfacerse y el peso del error trágico cometido empuja hacia el colapso a la persona pública. En el
caso de Nora, sabemos que ella miente y este es su error trágico: “mentir”. Nora
esconde almendras, falsifica la firma de su padre y pide un préstamo sin el
conocimiento ni la autorización de su esposo. Nora es una mentirosa porque vive
en una sociedad que no le permite satisfacer su necesidad de ser libre ni de
tomar sus propias decisiones. En estos momentos climáticos el error trágico
significa un gran peligro para el personaje pero también una gran posibilidad
de redención, si la obstrucción de la necesidad insatisfecha es liberada de
forma consciente. Es decir, si el personaje se da cuenta del error cometido se
transforma, si esto no ocurre significa su muerte. Las circunstancias de la
historia empujan al personaje del conflicto hacia la crisis y se revela quién es esa persona en
realidad. Nora es una mujer libre al final de la historia, su máscara de la
buena esposa se rompe y se acaban las mentiras. Nora: “Siéntate tenemos que hablar”.
No importa si es teatro, cine, televisión, el
actor debe comprender que mientras crecemos cubrimos esa necesidad con nuestra
persona pública como si fuésemos alguien sin ninguna necesidad. Esta
relación entre la necesidad insatisfecha y la persona pública define nuestra
personalidad. Al utilizar estas 3 herramientas un actor puede crear cualquier
personaje; sin importar el estilo, el tema o la época estas le darán tridimensionalidad y un arco o
transformación durante la historia. Si desean profundizar más les recomiendo la
lectura de este interesante libro, que trae además otras herramientas de consideración
para el actor.
Matilda Corral
www.gimnasiodeactores.org
@gimnasiodeactor
4 comentarios:
esto me dejó pensando.
Hola Matilda, que Dios te bendiga,
Me parece muy interesante lo que compartes del libro de Susan Batson, pero (siempre tiene que haber un fulano pero), al igual que cuando vi una biografía del sr. Lee Strasberg, hay algo que me hace estar alerta acerca del peligro que representa para las emociones del individuo el método del sr. Lee Strasberg. La frase. "... Las grandes actuaciones se mueven detrás de esa máscara, ocurren cuando revelan la intimidad que cubre la verdadera necesidad insatisfecha del personaje...", me alertó de nuevo. ¿Por qué? Porque, en el caso de las emociones enfermas (que todos tenemos)me parece muy peligroso que un individuo aflore sus heridas emocionales con el propósito de representar un personaje, y no con el propósito de sanar esas heridas emocionales. Creo, de hecho, que el propósito de sacar a la luz heridas emocionales, desde el punto de vista de la Consejería es para sanarlas, y no sencillamente para reproducirlas. Esto (aflorar heridas o comportamientos enfermos) puede ser bueno para la película, incluso, impartir una enseñanza magistral al público en general, pero ¿Hasta que punto es bueno para la salud emocional del actor? Pienso, sin ser experto en la materia, que reproducir heridas emocionales representando un papel en una película las puede reforzar, y eso, puede ser peligroso para la salud emocional del actor en cuestión. Es algo que he visto, leído y escuchado de personas expertas en la salud mental (psiquiatras y psicólogos).
Bueno, fue solo un comentario para equilibrar, repito, no soy experto. Te felicito por tu trabajo. Eres muy diligente y capaz. ¡¡¡Continua embelleciendo el arte!!!
¡Que Dios te bendiga!
Muchas gracias Matilda por tus reflexiones sobre el libro de Susan Batson, tu síntesis es perfecta y junto al valor que tiene en sí misma genera la tentación y necesidad de leer el libro de Susan, y evitar el "error trágico" de no leerlo. Gracias otra vez, te saludo, Adrian Airala desde Argentina.
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